El desarrollo de los biocombustibles constituye una alternativa al uso de combustibles fósiles, como el carbón, el gas y el petróleo.

Si de producción de biocombustibles se trata, Argentina cuenta con una enorme ventaja: tiene, y en abundancia, las materias primas necesarias para generarlos, como oleaginosas y azúcares. Sin embargo, hay quienes alertan sobre los riesgos que genera destinar alimentos a la producción de combustibles. “Los biocombustibles no van a reemplazar a los combustibles tradicionales, pueden colaborar si se articulan con otra serie de medidas; porque sino se corre el riesgo de la escasez de alimentos”, aseguró Gustavo Calleja, ex subsecretario de Combustibles en el gobierno de Raúl Alfonsín. Calleja aseguró que sin subsidios desde el Gobierno la producción de biocombustibles no prosperará, “porque es necesario compensar al que pierde con la producción”. El ex subsecretario recordó que la producción de combustibles biológicos se hacía en base al alcohol de caña, que eran sobrantes de otras producciones. Sin embargo, Calleja aseguró que ese método no se utiliza ahora y consideró que hay un gran desorden en la materia.

¿Escasez de gas para este año?
El especialista agregó que “Argentina camina al desabastecimiento. Este año se va a tener que importar el doble de gasoil, porque no hay. Y con el gas va a pasar lo mismo: van a tener que traer desde Chile a Bahía Blanca”, para distribuir por todo el país. Frente a semejantes proyecciones, resulta importante considerar a los biocombustibles como una alternativa para evitar el desabastecimiento. Sin embargo, se requiere de la presencia estatal para lograr una óptima producción. Existe una normativa que regula al sector y es la ley nº 26.093 (Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles). Esta norma establece como meta para el año 2010 que el 5% del diesel consumido en Argentina tiene que ser biodiésel. Según los datos oficiales, Argentina podría demandar hacia 2010 unos 600.000 metros cúbicos de biodiésel (sustituto del gasoil) y 250.000 metros cúbicos de etanol.

El mercado argentino
En un estudio hecho por la Universidad de Lund (Suecia) junto al Instituto Nacional de Tecnología Argentina (INTA) se destaca la posición preferencial del biodiésel (sustituto del gasoil) sobre el bioetanol (sustituto de las naftas). Argentina consume preferentemente gasoil (más del 50% del mercado) y las naftas están siendo reemplazadas por el GNC. Por otro lado, los exportadores de aceites vegetales (el material necesario para producir biodiésel) preferirán convertirlo a combustible, ya que su exportación implica más del 18% menos en cargas impositivas. Otro factor en favor del crecimiento del biodiésel sobre el bioetanol es el relativo bajo costo de la infraestructura necesaria para la conversión. Instalar una planta de biodiésel cuesta alrededor de un tercio del valor de una planta de bioetanol. Se espera que en unos 3 años Argentina no pueda autoabastecerse en gasoil y el uso de biodiésel resultará de suma importancia. Para esto, sugiere el estudio hecho por la universidad de Suecia, deberá incentivarse el consumo local de biodiésel que actualmente es producido por las empresas con miras a la exportación al mercado europeo.

Los pioneros
Debido al alto precio del barril de petróleo en el mundo, numerosos países buscan alternativas más económicas y menos contaminantes para sustituirlo. La primera gran exportación de biodiésel salió desde San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe; el país destinatario fue Alemania y el monto de la operación alcanzó 1.750.000 de dólares. Jorge Kaloustian, que preside Oil Fox, es uno de los pioneros en el desarrollo del combustibles bio-renovables en Argentina.

¿Cuándo y Cómo?
No hay nada revolucionario en el biodiésel. Su inventor, Rudolph Diesel, cuando creó el motor que llevaría su nombre, utilizó aceite de maní mezclado con un catalizador como combustible para hacerlo funcionar. Pero por ese entonces el petróleo ganó la batalla. En la actualidad, el escenario cambió y los protagonistas comienzan a ser otros. Estos combustibles no sólo contaminan menos, sino que además son un recurso casi inagotable y no hay que hacer adaptación alguna en los motores que hoy utilizamos. Sin embargo, una producción desmesurada, pondría en peligro el abastecimiento de alimentos; pero siempre y cuando se generen con precaución son una alternativa útil al problema energético.

 

¿Qué son?
Cualquier tipo de combustible que derive de la biomasa (organismos recientemente vivos o sus desechos metabólicos, tales como el estiércol de la vaca). Los más conocidos son el etanol y el biodiésel. El primero va en lugar de las naftas, el biodiésel en lugar del gasoil.

¿Cuál es su uso?
Pueden sustituir parte del consumo en combustibles fósiles tradicionales como petróleo y carbón. Algunos los consideran una fuente de energía renovable, ya que tienen poco impacto ambiental.

¿Qué ventajas tienen?
Son renovables, a diferencia de los derivados del petróleo.

Fuente: Diario Hoy