El fallecimiento de Ivano Barberini, presidente de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), constituye una pérdida lamentable para el cooperativismo mundial. El anuncio de su deceso produjo una profunda consternación entre la dirigencia de las entidades de la economía social de todos los países del mundo.
Es que Don Ivano era un hombre dotado de una personalidad muy especial. Bien podría decirse que fue una persona que nació para ser cooperativista, teniendo en cuenta su espíritu solidario, su generosidad y el estilo de vida que había adoptado para dedicarse de lleno al quehacer cooperativo.
Realizó frecuentes visitas a la Argentina y tuvo oportunidad de dialogar con él en reiteradas oportunidades. En una de sus visitas al país, manifestó a nuestro periodista que “es muy importante que en el cooperativismo haya una publicación, que critique constructivamente a los dirigentes. Es necesario que alguien les haga ver sus errores y esa es la función de la prensa”.
Su vocación democrática quedó fielmente reflejada en esas expresiones. Don Ivano fue un hombre cordial, alegre y siempre esbozaba una sonrisa cuando dialogaba con alguien. Y su relación con la prensa, deja un ejemplo para muchos dirigentes que no soportan las críticas del periodismo.
Este dirigente italiano tuvo una vasta trayectoria en el cooperativismo, ya que dedicó los últimos 44 años de su vida al quehacer solidario. En su país, fue presidente de Legacoop, una entidad de grado superior que nucleaba a unas 10.000 cooperativas italianas y contaba con más de 5 millones de asociados.