Con datos recabados durante 2020, la Dirección Provincial de Acción Cooperativa del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica elaboró un informe que revela la importancia cuantitativa e incidencia comunitaria de las cooperativas de servicios públicos en el interior de la provincia de Buenos Aires. Se trata de un diagnóstico sobre la situación del cooperativismo provincial y las políticas locales a partir de la perspectiva de los municipios bonaerenses y recaba la mirada de los equipos municipales encargados de trabajar con las cooperativas.
El estudio “El cooperativismo bonaerense desde una perspectiva local” comienza enunciando una serie de datos relevantes respecto del despliegue territorial y la vinculación con los distritos municipales. “Según el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), las cooperativas de la provincia de Buenos Aires representan aproximadamente el 25% del total nacional, mientras que el conjunto de asociados bonaerenses alrededor del 27%. Por lo tanto, la preponderancia del movimiento cooperativo bonaerense a nivel nacional se expresa a partir de la existencia de 2.804 cooperativas con matrícula vigente y más de 5 millones de asociados/as”.
Al hacer una clasificación del cooperativismo bonaerense de acuerdo al tipo de objeto social, las cooperativas de servicios públicos, 327 entidades, ocupan el segundo lugar representando el 12%; por detrás del cooperativismo de trabajo que representa el 75,5%, con 2.894 organizaciones.
Por otra parte, al realizar una segunda clasificación de acuerdo a la distribución geográfica, considerando los 135 partidos de la provincia de Buenos Aires, el informe advierte que “la distribución de cooperativas posee una fuerte concentración entre los partidos del Gran Buenos Aires, con un 63% de las mismas radicadas allí.
Particularidades regionales
Los tipos de cooperativas según su objeto social se diferencian por las necesidades que intentan resolver. El desarrollo de sus actividades está ligado no sólo al proyecto colectivo de quienes lo impulsan sino también a las particularidades del contexto en que se emplazan donde se establecen determinadas dinámicas sociales, culturales y económicas. En este sentido, la heterogénea gama de actividades que desarrollan las cooperativas bonaerenses se da en el marco de diferentes interrelaciones económicas y sociales existentes entre zonas urbanas, peri-urbanas y rurales de la provincia. Sin embargo, teniendo en cuenta la diferenciación esbozada anteriormente entre los partidos del GBA y el interior provincial es posible vislumbrar una distribución disímil en el tipo de cooperativas según ambas zonas geográficas”.
Aquí es donde el documento destaca la fuerte presencia de las cooperativas de servicios públicos en el interior provincial al representar una de cada cuatro (26,3%) del total de cooperativas existentes fuera del GBA. En los partidos del GBA, se encuentran entre los primeros tres objetos sociales con mayor concentración en el cooperativismo, pero apenas reúnen 55 cooperativas (3,1%). Por otro lado, tomando la distribución total de este tipo de cooperativas veremos que en el Interior se concentra el 83,1% de cooperativas de servicios públicos. “Esta información resulta significativa al momento de analizar la importancia que adquieren las organizaciones cooperativas para muchas comunidades del interior de la Provincia, facilitando el acceso a servicios básicos en localidades donde las empresas del sector privado no invierten, debido a la baja rentabilidad económica que tendrían en dichas comunidades”, subraya el informe.
Los servicios esenciales, una de las fortalezas
Más adelante, el relevamiento se detiene en enunciar las principales fortalezas del modelo cooperativo ya que “cumple un rol fundamental en el desarrollo de las comunidades de todo el territorio de la provincia de Buenos Aires”. Así, a partir de los diagnósticos de los funcionarios municipales dedicados a las áreas cooperativas, se desprende como principal fortaleza la capacidad que posee la figura cooperativa para la generación de puestos de trabajo y la contribución que las mismas realizan al desarrollo productivo de cada una de las localidades.
La segunda de las fortalezas que han sido destacadas sobre el sector cooperativo son las vinculadas a la prestación de servicios esenciales por parte de las cooperativas de servicios públicos. “Estas resultan de vital importancia para la mayoría de las pequeñas y medianas localidades de la provincia, dado que garantizan la provisión ya no sólo de los servicios tradicionales de energía eléctrica y agua potable, sino también de telefonía y servicio de internet que se han incorporado con el correr de los años y en función de las nuevas necesidades de las comunidades”.
Como tercera fortaleza, el sector cooperativo se presenta como un valioso actor en la contención de problemas sociales y en la inclusión social de los habitantes de cada territorio. Además, se destaca a la gestión democrática como otro de los aspectos que refuerza la ventaja estructural de las organizaciones cooperativas, representando una alternativa eficaz a otros modelos de gestión. “Asimismo, las experiencias de carácter inclusivo, los principios de equidad y solidaridad que posee la gestión cooperativa, así como el desarrollo de estrategias y redes asociativas entre cooperativas han surgido como principales fortalezas del sector”.
Dificultades, estrategias, articulaciones
En otra parte del informe, se enumeran una serie de dificultades o problemas coyunturales que debieron afrontar las cooperativas en cada jurisdicción, relacionadas con el contexto económico, la falta de acceso al financiamiento, dificultades administrativas o en torno a la capacitación y formación de sus referentes. Ante ello, se propone una estrategia o líneas de acción que incluyen la promoción del desarrollo cooperativo, generación de marcos normativos, impulso de redes asociativas, fortalecimiento de la capacitación y/o asistencia técnica, desarrollo de líneas de créditos y/o subsidios, entre otras.
Particularmente, “se destaca el trabajo sostenido en el tiempo con cooperativas escolares, algunos representantes de gobiernos municipales han manifestado no sólo la importancia que tienen este tipo de entidades, sino también la necesidad de promover el asociativismo desde las instituciones educativas en las etapas formativas de los/as estudiantes. Esto se traduce en la promoción de una herramienta elemental para los desarrollos locales, sobre todo en municipios de pequeñas comunidades…”
Para potenciar el desarrollo local, las administraciones municipales realizan articulaciones con diversos sectores: movimientos sociales, áreas gubernamentales de los estados nacional y provincial, universidades, entre otros actores. No obstante, el estudio se detiene en acentuar que “unas de las articulaciones más relevantes para el sector es la desarrollada entre los municipios y las organizaciones de segundo y tercer grado. Las federaciones y confederaciones propician la creación de redes y canales de diálogo permanente con las administraciones locales, atendiendo de manera directa las demandas y necesidades que atañen al sector cooperativo”.
“…Podemos decir que en muchos municipios de la provincia de Buenos Aires la promoción de la economía social y solidaria aparece como una estrategia para promover el desarrollo local-territorial. En este marco, el cooperativismo se presenta como una herramienta de inclusión socio-laboral y desarrollo productivo que reconstruye lo colectivo en el trabajo, recupera las lógicas de la solidaridad y “lo comunitario” frente a la competencia y el individualismo que promueve la economía de mercado”.
Agenda compartida
Finalmente, el informe provincial recopila una serie de puntos clave para elaborar una agenda compartida entre el Estado y el movimiento cooperativo y, aborda algunas políticas públicas desarrolladas, destacando que “desde la Dirección Provincial de Acción Cooperativa del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica se impulsó también la creación de la Mesa Interministerial de Cooperativismo Bonaerense. En este espacio participan todos los organismos que trabajan con cooperativas y supone la cristalización de la voluntad política-institucional del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires de generar programas y políticas públicas articuladas y sostenidas para el cooperativismo bonaerense”.
Y agrega: “Por otro lado, a partir del año 2020 desde el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica se recuperó el Fondo para la Educación y Promoción Cooperativa que en los últimos años no había sido utilizado para el fin creado (Ley Nacional N°23.427-Ley Provincial N°11.321). A partir de esto, se lanzó el Programa Cooperativas en Marcha que contiene diversos subprogramas [Reconocimiento a la Calidad Cooperativa, Impulso Cooperativo, Créditos BACOOPE] que tienen como propósito potenciar la integración de las cooperativas al sistema productivo bonaerense facilitando su conformación y desarrollo, impulsando su desarrollo productivo-comercial, fortaleciendo sus capacidades para la autogestión, su acceso al financiamiento y su participación en los entramados socio-productivos locales”.
En este sentido –concluye- entendemos que las políticas públicas para el sector cooperativo no deben circunscribirse a un organismo, ministerio, o nivel de gobierno, sino que implica de la coordinación del conjunto de iniciativas estatales que promuevan al cooperativismo como un motor fundamental del desarrollo socioeconómico provincial y como una herramienta de inclusión socio-laboral”.
Fuente: Prensa FEDECOBA