Mientras las bolsas del mundo se derrumbaban en medio del pánico, el presidente del Consejo de Administración de Coopelectric, Carlos Díaz, planteaba una visión desde un ángulo totalmente diferente de donde está ubicado el capital especulativo: “la crisis mundial es una oportunidad para las empresas asociativas”.
Explicó que “a pesar de la debacle internacional, las cooperativas se van a fortalecer. Ya hay una tendencia de las comunidades de todo el mundo a crear herramientas asociativas” para tener un control directo de sus economías.
Con el colapso del proceso de globalización económica, cada comunidad tendería a rescatar el cooperativismo, en la visión de Carlos Díaz.
Además de los augurios sobre el futuro, Díaz se refirió al presente de Coopelectric, señalando que “después del tsunami del 2001, por primera vez en estos siete años tuvimos un ajuste tarifario”, lo que contribuyó a achicar “el déficit”, que “disminuyó muchísimo”, lo suficiente como para pintar un panorama mucho más alentador de lo que era